Artículo publicado en Viva El Puerto
Tras unas elecciones es habitual escuchar la expresión “los primeros cien días” que suelen servir para que el nuevo gobierno se asiente y eche a andar, y para que la ciudadanía se haga una idea de por dónde van a ir los tiros los próximos cuatro años. En el caso de El Puerto, el título de este artículo es un buen resumen de lo que está por venir. Con su rodillo Beardo tiene las manos libres para usar sin escrúpulos el ayuntamiento y el dinero público para sus fines. Ya lo ha hecho.
Primero, para vivir bien y cómodo. Las primeras decisiones de un gobierno son siempre llamativas y en este caso el rodillo absoluto de Beardo le ha permitido hacer lo que intentó -y no consiguió- en 2019: subirse el sueldo. En este caso no a él, que cobrará de Diputación, pero sí al resto de concejales de su gobierno, consejeros delegados y cargos de confianza, que alcanzan una cifra récord en nuestro ayuntamiento. El coste para los portuenses será de más de un millón de euros al año.
Segundo, para acabar con la oposición y con nuestra capacidad de fiscalizar la labor del gobierno. En el pleno de organización Beardo aplicó su rodillo absoluto para eliminar la asignación a los portavoces de la oposición y reducir la asignación a los grupos políticos en más de un 40%; a lo que ha sumado una medida nunca antes vista en nuestro ayuntamiento: la expulsión de todos los grupos de la oposición de los consejos de administración de las empresas municipales y de los órganos de personal, como el Comité de Seguridad y Salud. Ni Hernán Díaz.
Y tercero, para recomponer la derecha portuense a base de ‘paguitas’ y ‘carguitos’. Si echamos un vistazo al gobierno, a los cargos de confianza y a los nombramientos en los consejos de administración de las empresas municipales vemos como Beardo ha sido capaz de comprar las voluntades de antiguos miembros de Independientes Portuenses, Ciudadanos, VOX e incluso el antiguo Partido Andalucista. Todos antiguos rivales del Partido Popular que han hincado la rodilla ante Beardo a cambio de un ingreso a final de mes. Y ya saben lo que se dice de la mano que te da de comer.
El nuevo gobierno de Beardo es el menos participativo de la historia de la democracia local, al que le sobra la oposición y también la ciudadanía, que ya no participa sino se relaciona. Pero si piensan que callaremos, se equivocan.