Artículo publicado en Viva El Puerto
33 meses después de las últimas municipales, entre las personas, colectivos u organizaciones que por uno u otro motivo tienen relación o se interesan por la política municipal hay una opinión bastante compartida sobre el actual gobierno local: no hay gestión, solo fiestas y fotos. Sirva como muestra el parecer de la Asociación de Empresarios Portuenses que dejaron clara su opinión con motivo del debate del Estado de la Ciudad, ese que debía celebrarse en junio según el reglamento municipal, pero que por voluntad del Alcalde acabó sepultado entre cabalgatas, fiestas navideñas y campanadas.
La falta de gestión ha inundado de polémicas el día a día del ‘gobierno de los preparados’: las subvenciones, el presupuesto y la grapadora, el verano sin policías, las banderas azules, El Puerto Global, el corte de teléfonos y de luz, los correos electrónicos, el martillo percutor, los seguros de la flota municipal… Tantas que numerarlas en esta columna se hace espacialmente imposible.
Quizás el mejor ejemplo de lo que es este gobierno lo tenemos en la Concejalía de Medio Ambiente, donde la práctica totalidad de contratos han ido caducando uno tras otro dejando servicios tan importantes como la limpieza prestándose en precario desde hace meses, con los perjuicios y la falta de garantías que ello conlleva para la ciudadanía, las plantillas y para la propia administración. Podríamos pensar que esto se debe -solo- a la incapacidad del ‘gobierno de los preparados’ para gestionar la ciudad, pero hay algo más. Son torpes, sí, pero también son de derechas.
Esta negligencia hacia lo público es intencionada. En el caso de Medio Ambiente se busca agrupar servicios en un macrocontrato que haga más rentable su explotación por un privado a largo plazo. Podríamos apostar qué empresa lo ganará. En el resto de casos, se trata simple y llanamente de degradar los pocos servicios que todavía presta el Ayuntamiento de forma directa para abrir el camino a nuevas privatizaciones. Pistas deportivas, informática, notificaciones, alumbrado… Hay quien tiene la lista de competencias impropias muy a mano y lleva tiempo echando números.
Años de políticas de austeridad y recortes han debilitado a los Ayuntamientos hasta el punto de que hoy es más fácil trocearlos y subastarlos al mejor postor que apostar por una administración local con recursos y capacidad suficientes para prestar servicios públicos de calidad y ser realmente útil a la ciudadanía. No abandonaremos esta lucha.