Hace un par de semanas el Movimiento de Juventudes Comunistas de Francia, la organización juvenil del Partido Comunista de Francia, hizo público un comunicado condenando la injerencia extranjera en Ucrania, mostrando su solidaridad con la juventud y el pueblo ucraniano y optando por un solución democrática al conflicto. A continuación su traducción al castellano:
Después de dos meses la situación en Ucrania es más que preocupante. El país hace frente a una desestabilización sin precedentes y la dinámica de la violencia se amplifica con varios muertos estos últimos días durante violentas manifestaciones.
Nuestro deber en tanto que jóvenes comunistas franceses es el de expresar toda nuestra solidaridad hacia la juventud ucraniana en estos tiempos difíciles y seguidamente denunciar todas las injerencias y especialmente las de la Unión Europea y los Estados Unidos, que juegan un papel más que nefasto en esta situación.
Saludamos a los comunistas ucranianos que hacen gala de una gran responsabilidad.
La situación que conoce el país en el momento actual deriva de varios factores.
En primer lugar una gran parte de la población y de la juventud vive en situación de pobreza y debe hacer frente a una corrupción endémica. El tránsito brutal al capitalismo ha destrozado los servicios públicos; los beneficios sociales han hundido a la juventud en una situación de paro y de precariedad, enriqueciendo a pequeños grupos extremadamente rápido sin por ello llevar a las 'libertades democráticas' prometidas.
Después la Unión Europea pone todo en marcha para hacer aceptar un acuerdo de asociación. Nuestros camaradas del Partido Comunista Ucraniano y de la Juventud Comunista Ucraniana fueron los primeros en reaccionar. Si rechazaron tajantemente tal acuerdo económico que acabaría por poner a competir a los trabajadores y a los productos de Ucrania con los de la UE, lo hicieron de manera democrática y popular reuniendo más de tres millones de firmas y pidiendo la celebración inmediata de un referéndum. En cuanto a Rusia, ha propuesto otro acuerdo siempre sobre el modelo de un mercado común organizando el capitalismo de su alrededor. Esto no constituye para nada una alternativa deseable para el pueblo ucraniano y su juventud. Sin ser equivalentes, las injerencias rusas deben denunciarse igualmente.
Ucrania y su población sirven de terreno de juego a los imperialistas americanos y europeos que intentan limitar la influencia rusa en la región. Detrás de la violencia hay grupúsculos fascistas como Svoboda y en la represión inicial del gobierno un juego entre dos oligarquías ucranianas cuyos intereses económicos y políticas difieren en función de dos potencias: Rusia para la burguesía industrial del este del país, Europa y Estados Unidos para aquella más financiera del oeste. Al final es el pueblo y la juventud quien paga la cuenta. Esta situación es intolerable. Condenamos firmemente la actitud de la Unión Europea que ha elegido apoyar a ciertos grupos fascistas que enarbolan símbolos nazis y que no tienen nada que ver con las demandas legítimas y democráticas del pueblo ucraniano.
Nosotros solo hacemos una elección: la del respeto a la soberanía del pueblo ucraniano, la de los intereses populares contra los de una u otra oligarquía.
¡Toda división del país debe evitarse!
¡Es el pueblo ucraniano quien debe decidir su destino y nadie más!