El pasado domingo se celebró la primera vuelta de las elecciones legislativas parciales a la Asamblea Nacional francesa, solo en tres departamentos: Hauts-de-Seine, Val-de-Marne y Hérault. Como resumen se podría decir que el PS ha sufrido una derrota considerable debido a la fuerte abstención provocada por la escasa movilización de sus votantes.
Las elecciones parciales se presentaron como un primer test para el gobierno de François Hollande. El PS ha sufrido un duro correctivo por parte del electorado perdiendo un 7,26% con respecto a la última cita electoral. La UMP se beneficia de este castigo al PS y se convierte en la fuerza más votada en las tres circunscripciones. Las luchas internas entre Copé y Fillon por el liderazgo del partido hacían temer una pérdida de votos en favor de la extrema derecha, algo que finalmente no se ha producido. Aún así, el Frente Nacional avanza un 1,47%. Por su parte, el Frente de Izquierda mantiene el nivel global de votos en dichas circunscripciones con un 6,46%, aunque se deja un 0,34% respecto a la votación en las legislativas.
La segunda vuelta se desarrollará este domingo y, según la lógica de los resultados obtenidos en la primera vuelta, la UMP saldrá vencedora a pesar de atravesar sus peores momentos como formación política. Un toque de atención muy serio de el PS y Hollande, quienes han perdido muchísimo apoyo social en solo seis meses en el gobierno.