Cinco meses después de las últimas elecciones autonómicas el gobierno de Andalucía, formado por PSOE e IU, se enfrenta a una situación más que complicada. La crisis económica se ha convertido hace tiempo en crisis social. Las medidas del gobierno central empeoran aún más la situación de quienes más sufren mientras está sometiendo a una asfixia económica brutal a los andaluces y andaluzas, exigiendo, por ejemplo, mayores ajustes al gobierno andaluz que a gobiernos en peor situación económica como Valencia o Murcia. Nuestra comunidad está en el punto de mira del gobierno central y el Partido Popular que quiere recuperar por la vía del chantaje económico lo que no ha logrado nunca en las urnas: gobernar Andalucía.
Andalucía está en una posición de debilidad frente al gobierno central. Nuestra comunidad es una unidad de gasto y no una unidad de ingreso. Esto conlleva que el 90% del presupuesto de la comunidad provenga de transferencias del Estado. No hay margen de maniobra. Las herramientas actuales de que dispone el gobierno andaluz no dan para más. Necesitamos ser unidad de ingreso. Necesitamos más autonomía.
El modelo ya existe. Navarra y Euskadi disfrutan de un concierto económico con el Estado que les permite recaudar y gestionar sus propios impuestos y les otorga los recursos propios de una hacienda pública. Con este modelo Andalucía tendría la capacidad de evitar los recortes en el estado de bienestar que impone el gobierno central, tendría competencia para destinar recursos económicos allí donde fuese necesario, podría adaptar un sistema fiscal progresivo a la realidad socioeconómica andaluza mediante su propia regulación de impuestos, etc.
En la actualidad, y con la excusa de la crisis, los hijos de las élites franquistas están recuperando todo aquello que sus padres perdieron con las transformaciones que sufrió el régimen a finales de los setenta. La amenaza de la intervención está muy presente: o Andalucía se somete a la voluntad del Partido Popular o el Estado tomará el control del gobierno andaluz. Los andaluces somos el único pueblo del Estado que conquistó en la calle su derecho al autogobierno, si todo sigue así pronto tendremos que volver a la calle para defenderlo, y no podemos fallar.
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Me gustaría acabar recordando a Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza, en el 76 aniversario de su muerte celebrado hace unos días. ¿Qué pensaría si supiese que aquellos que dicen ser los defensores del andalucismo están gobernando en El Puerto y en muchas otras ciudades junto a los herederos políticos de quienes le fusilaron?