Publicado en El Puerto Actualidad
Este fin de semana se ha celebrado el XIX Congreso del Partido Comunista de España, una formación con diecinueve congresos a sus espaldas que ha pasado por muchas etapas. Fue perseguido durante la dictadura de Primo de Rivera, creció durante la Segunda República, jugó un papel fundamental en la defensa de la democracia republicana durante la Guerra Civil, sufrió la represión de la dictadura franquista siendo un elemento central en la oposición al régimen fascista, parte importante de la transición y también en estos años de monarquía parlamentaria. En definitiva, noventa y dos años en los que, con sus más y sus menos, ha sido una fuerza política decisiva de este país.
Este fin de semana se ha celebrado el XIX Congreso del Partido Comunista de España, una formación con diecinueve congresos a sus espaldas que ha pasado por muchas etapas. Fue perseguido durante la dictadura de Primo de Rivera, creció durante la Segunda República, jugó un papel fundamental en la defensa de la democracia republicana durante la Guerra Civil, sufrió la represión de la dictadura franquista siendo un elemento central en la oposición al régimen fascista, parte importante de la transición y también en estos años de monarquía parlamentaria. En definitiva, noventa y dos años en los que, con sus más y sus menos, ha sido una fuerza política decisiva de este país.
Llegado el Siglo XXI, muchos/as se apresuraron interesadamente a dar por muerto al PCE y con él al proyecto político que históricamente representa. Se habrán llevado una gran decepción. La reconstrucción del Partido avanza a buen ritmo y en este XIX Congreso los comunistas españoles nos hemos dotado de las herramientas necesarias para hacer frente a las consecuencias de esta crisis económica y de régimen que sufre el estado, planteando una alternativa de transformación social radicalmente opuesta a las tesis del bipartidismo.
Han sido varios los debates que más peso han tenido, por ejemplo, mantener la línea política de trabajo en común con los sindicatos y los movimientos sociales, la defensa del poder local con un rechazo frontal a la reforma de Administración Local que pretende perpetrar el Partido Popular, una propuesta detallada hacia la Tercera República con la democracia participativa como piedra angular de este proyecto, llevar a cabo una auditoría ciudadana de la deuda pública o la ruptura con la troika.
Es en el último de los puntos recogidos en el párrafo anterior dónde se han producido los avances más importantes en cuanto a los planteamientos políticos del PCE. Tras seis años de crisis-estafa, y teniendo presente el desarrollo que ésta ha tenido en los estados europeos, el PCE ha caracterizado a la Unión Económica y Monetaria como un proyecto compartido por las clases dominantes europeas de todos los países miembros que nace como aplicación de las ideas neoliberales en el continente. Este proyecto europeo se ha ido construyendo en perjuicio de los propios pueblos europeos que, como estamos pudiendo comprobar, son quienes sufren diariamente las consecuencias de las políticas neoliberales, más centradas en recortar gastos y salvaguardar los beneficios de las grandes empresas que en cubrir las necesidades básicas de la población.
Por ello, los comunistas españoles entendemos que frente a la imposibilidad de reformar el proyecto político que representa la Unión Europea, la única alternativa posible en beneficio de los pueblos del continente es la apuesta estratégica por la ruptura tanto de la UE como del Euro, que es la herramienta fundamental e imprescindible de la construcción neoliberal europea.
Con este XIX Congreso el PCE se pone a punto para hacer frente a los retos que se presentan por delante en esta segunda década del siglo XXI, siguiendo la línea de lucha y transformación social que siempre le ha caracterizado. Con este nuevo impulso pudiera parecer que el PCE ha vuelto, pero es falso: el Partido no ha vuelto porque el Partido nunca se ha ido.