Ya pasó. Atrás han quedado las semanas de preparación, de concienciación y de información.Hoy es 30 de septiembre, ayer hubo huelga convocada por los sindicatos. Hoy tocaba lo normal: baile de cifras, valoraciones, que si un triunfo, que si un fracaso... También tocaba escuchar muchos comentarios. De gente que hizo huelga, de gente que hizo huelga y se quedó en casa, de gente que no la hizo, o de gente que no la hizo y pone excusas para que "les perdonemos", etc. Comentarios de todo tipo: de periodistas, camioneros/as, limpiadores/as, conserjes, profesores/as, de gente informada o de gente que no ha abierto un periódico ni ha visto un telediario, que aprovechó la huelga para irse a la playa con la familia y puede darte una respuesta - que obviamente es verdad absoluta- sobre la aceptación social de la huelga, sus motivos o seguimiento de las manifestaciones. Este post está dedicado a los/as muchos/as sabiondos/as que en estos días de huelga parecen saber de todo.
Empieza por preguntarte: ¿Sabes lo que es un sindicato? Un sindicato no es la administración pública, no es un ente abstracto ni una ONG. No es un lugar mágico en el que entras con un problema y sales en cinco minutos con una solución debajo del brazo. Un sindicato es una organización compuesta de y por trabajadores y trabajadoras que trabaja para defender los derechos sociales, laborales y profesionales de los/as trabajadores/as en su lugar de trabajo.
¿Cómo se financia? No, sabiondo/a, no. Un sindicato no se financia gracias al dinero que les da ZP ni con ayudas caídas del cielo. Los sindicatos tienen dos vías de financiación. Las cuotas de sus afiliados/as y las partidas de los PGE. Los más de dos millones de afiliados/as de los sindicatos mayoritarios son la base principal de la financiación sindical. La partida de los PGE se distribuyen en función, por ejemplo, del número de cursos que hacen cada año -a más cursos y talleres de formación etc. más dinero.
¿Por qué los sindicatos no hacen nada? Primero tienes que saber que si tú, querido/a sabiondo/a, estás en un sindicato, tú eres el sindicato. Si criticas al sindicato por no hacer nada en tu centro de trabajo, te criticas a ti mismo/a por no hacer nada.
Estoy seguro que tú que ahora criticas tanto esta huelga y a estos sindicatos, serás de las primeras personas en poner el grito en el cielo cuando te toquen el sueldo, te cambien tu horario, te anulen el convenio laboral o te despidan por dos duros, así, por las buenas. Entonces te acordarás de esos sindicatos tan malos y los seguirás criticando, pero esta vez desde tu casa, sin trabajo y con menos derechos laborales y sociales que los que tuvo tu padre.
Cierto es, y estamos de acuerdo, que los sindicatos no son perfectos, que han tenido una actitud más que cuestionable en estos años. Pero ante esto tienes dos opciones: sigue con la crítica fácil y contribuye a romper el único arma que tenemos los/as trabajadores/as frente a las agresiones de las empresas, o participa y lucha para que los sindicatos cambien. Tú tienes que elegir que mundo quieres, y eres tú quien decide.